La primera muesca del revolver: Real Pucela C.F. – Valencia C.F.

Estadio José Zorrilla. 21 de diciembre de 2019.

El Valencia C.F. vuelve a practicar la ruleta rusa más siniestra típica de Unai Emery y se deja 2 puntos vitales en el que era hasta entonces uno de los campos con peor racha de la Primera División española.

Más de 10 remates de los locales, un gol y varias ocasiones. Todo ello venido de un equipo que llevaba 5 partidos sin marcar y remataba escasísimas veces. Poco gol. Poco argumento ofensivo.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Un muy buen partido en defensa les bastó a las de Pucela para solventar un partido que tuvo casi ganado hasta el descuento. Los Chés, diciendo -cada vez con más fiereza- adiós a su brutal faceta defensiva del pasado año y presa bajo enormes caprichos de entrenador (plasmados en el calamitoso 1-4-3-3 testimonial que se empecina en intentar en escurridas fases de los partido por más que lo disimule- van enviando avisos cada vez más cadavéricos a los aficionados del equipo CAMPEÓN de España.

El muro defensivo del Turia, anémico y endeble, vive entregado a los arreones de calidad, golpes de suerte propios y en exceso de los errores endémicos de los rivales. La desorientación hace acto de presencia a la mínima chispa y cualquier golpe -por vaporoso que sea- genera una confusión caótica en las posiciones, transiciones y canalizaciones, que dejan noqueado al equipo. Esta escuadra, capaz de arrollar y atropellar al rival, es capaz de arrugarse y entregarse cuando se siente confuso hasta que el rival se vuele la cabeza con el revolver en sus manos.

El muro defensivo del Turia, anémico y endeble, vive entregado a los arreones de calidad, golpes de suerte propios y en exceso de los errores endémicos del rival

Marcelino, conocedor mejor que nadie del desatado poder de estos jugadores, mimbó a sabiendas su desbocadura y alegría ofensiva hasta casi dejarla en sequía en sus primeros compases de la pasada temporada. Etapas que hay que pasar para llegar a los mecanismos duraderos. Eso sí, con un único fin: generar la faceta defensiva más fresca y potente de Europa. Matiz ladino de míster. No tengan duda.

Este «ajuste» y reeducación futbolística para/con genios tan alegres en ataque y con tanta capacidad pulmonar, generó un equipo que contragolpeaba -con sacrificio- como un vendaval. Al nivel del mejor. Por supuesto esto requiere una preparación física intensa, muy acentuada en el cuerpo técnico del asturiano harto famoso por ello. Huella de genio y profesionalidad en mi humilde pensar, que le vamos a hacer.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Con la llegada de Celades ha llegado el funcionariado a la caseta a pie de campo, a la tribuna. La timidez de soslayo, el come y calla y los tópicos típicos han hecho acampada en ruedas de prensa. Se han instaurado los bienquedismos y las respuestas que no responden a casi nada y la ristra de cumplidos de quién se sabe hijo del amo. Esto no tiene porque ser precisamente malo, pero te hace dependiente de una idea apenas sutil, efímera. Y que dependerá para su consecución en demasiada medida de la suerte y la genialidad; a eso se entrega con recelo Celades mientras inyecta con precisión medida, gabardina oscura y periódico con agujeros a la altura de los ojos su impostada idea futbolística.

El verdadero tema debería tratarse en referencia al «jeque» de Suingapur, al chino de falla, al Johnny Melenas -el terror de las nenas- de los comglomerados asiáticos. Don Peter Lim (o Pedro Llimoná) como le dice mi padre. Debe cercarse en la casi presuntuosa obviedad de si es acertado que a un equipo contragolpeador le traigas a un entrenador de ‘toque’ excéntrico o de la funesta sublimación -coñazo- futbolística que trajo el maremagnum Guardiola. Un horror.

El partido fue tan, pero tan y tan horroroso y aburrido que la única forma de soportarlo fue con una buena ristra de patatas bravas y un par de cervezas de más tamaño del que quisiera reconocer. Los murciélagos salieron a verlas venir. A contemporizar.

Resulta que ante alguien más hambriento que tú, contemporizar -o vulgarmente hablando- economizar esfuerzos, nunca resultó buena idea. En Pucela hay hambre de fútbol, aún con toda la modestia del mundo -y una acuciante falta de recursos que un servidor espera que subsanen rápido, al tratarse de un equipo que quiero siempre en Primera- y con ese hambre arrasó con un Valencia bañado en indolencia; y a contrario de lo que piensa la gente, más visto esta temporada de lo que los resultadistas reconocerán.

Resulta que ante alguien más hambriento que tú economizar esfuerzos nunca resultó buena idea. En Pucela hay hambre de fútbol

Entre pueriles ataques blanquinegros y la timidez de los pucelanos, reencontrándose con su mejor fútbol gracias a los pasillos enrosados cedidos por los visitantes, discurrió casi todo el partido. Y en esas Jaume quiso parar mal una falta para la foto, en lugar de tensar y estirar el brazo; ya mal colocado de entrada tan escorado a la parte sin barrera. Gol local y pocos minutos por delante. Duro varapalo en el fresco vallisoletano.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Entonces comenzaron a mirarse los nuestros, los grandes, los CAMPEONES. Y Don Daniel Parejo espetó un ¡qué cojones pasa aquí! y Rodrigo Moreno comenzó a morderse los labios con ese gracejo del vendedor de la canción del Cola-Cao, Paulista puso cara Jolly Jumper (el caballo de Lucky Luke) y Manu Vallejo -recién entrado- espoléo con su pechopalomismo y entusiasmo a los grises Ferrán y demás. El ambiente cambió, el aire se condensó con unb frío glacial demasiado frío hasta para los locales y en una de esas, nuestro capitán gestó un parto rápido abriendo a la banda como él sabe para que el nuevo «niño» Torres pusiera un pase raso; botandito en el pasto -como la gustaba a Di Stefano: (¡al pasto! ¡al pasto!)- que Vallejo reventó a la red bajo palos. Camiseta enmarcada para este prometedor jugador y expediente cumplido.

Un valencianista no puede evitar tener rabia al ver que un equipo de estas posibilidades se relaja en demasía y le pedirá a los exclusivos Reyes Magos de Mestalla que nos traigan más impetu, algún fichaje, una cura para las lesiones y una nuevas orejas para Guedes: afiladas, aerodinámicas y que le hagan volver a volar de nuevo como solo él sabe, así escuchará como nunca las vibraciones de sus incursiones por la banda. Con Cheryshev más minutos y el luso por el flanco izquierdo -repito: IZQUIERDO- otro gallo habría cantado en algunas situaciones.

El Valencia C.F. debe seguir trabajando y en la humilde opinión del que suscribe dejar de encomiarse a los ataques de entrenador y una idea que jamás ha hecho campeón a esta escuadra, más bien la ha hundido siempre. Es una cuestión de gladiadores: tan solo con la banagloria mediática, la proteccíon técnica y la hinchazón arbitral se puede ganar sin defender. Con eso y con muchos millones para estrellas adoradas por ese festival de cámaras prosaicas y casi casi anacrónicas ya. Nosotros somos de otra pasta, somos guerreros, somos espadas, somos escudos. Y CAMPEONES ¿lo habían olvidado?

El Valencia C.F. debe seguir trabajando y dejar de encomiarse a los ataques de entrenador y una idea que jamás ha hecho campeón a esta escuadra

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Si es menester rebajar el nivel abasallador del perfil a cambio de que la base y ley inamovible sea la de no recibir golpes, simplemente trabajando mejor el sistema defensivo, las bandas y rebajando la línea de partida del bloque, todos obtendremos pingües beneficios: esta magnífica plantilla más gloria aún, títulos, -no resucitar a rivales que no podían apenas marcar mediante- y ganar a cualquiera sin depender de sus fallos o ruletas rusas con acento siniestro entre el vascuenze, el francés de ‘Le Snack President’ y sus «senas de pigcoteo» y el inglés de CCC.

Nosotros ganaremos más disfrute y ahorrarnos las tortas a mano girada en la cepa de la oreja que la Diosa Fortuna nos arrea, hartísima de que tratemos de conquistarla con coqueteos suicidas y de intercambiar con nosotros jocosos pellizcos allá donde la espalda pierde su honrado nombre. Mejor salud cardiovascular y mejores partidos de fútbol, por supuesto. Celades, cómo no, un fabuloso máster de élite de dos o más años y seguramente -al rebufo de estos CAMPEONES- algún título más. Otros ganarán dinero mientras se atusan el bigote de villano, pero eso es otro tema. El revolver ha avanzado una muesca y seguimos teniendo vida. Esperemos dejar el juego siendo ganadores.

Posdata: ¡Felices fiestas!
Posdata bis (a A.T.): gracias por tus palabras de esta mañana amigo.

1 – 1

Alineaciones y goles:

Real Valladolid: Masip, Antoñito, Kiko Olivas, Salisu, Javi Moyano, Joaquín, San Emeterio, Hervías (Óscar Plano, 70′), Toni Villa (A. Tuhami, 78′), Sandro (Sergi Guardiola, 68′) y Ünal.

Valencia CF: Doménech, Wass, Garay, G. Paulista, Gayà, Parejo, Coquelin, Ferran, Carlos Soler (Esquerdo, 85′), Rubén Sobrino (Cheryshev, 59′) y Rodrigo M. (Manu Vallejo, 67′).

Goles:
1-0, min’ 82: Sergi Guardiola..
2-0, min’ 94: Manu Vallejo.

Publicado por

El Dragón

Me llamo Alberto y soy un Valenciano habitualmente trajeado. Periodista de vocación, amante del deporte en general y del fútbol en muy particular. Cinéfilo monoculista de bigote bien retorcido y convencido. Bocachancla a pie de playa. Grupi de la Escritura y la Comunicación e intento de creativo pues ando constantemente en aprendizaje. Bohemio de estar por casa y hollador hogareño de la calle. Celebérrimo celebrista puntualmente distímico. Suelo no dormir cuando no debo. Videojugador voluntario a tiempo parcialmente completo. Persiana enrollada. Rayo inquieto. Somos animales dependientes e intercomunicados. Comunicar es y será siempre vivir. Como ya habrás percibido, sintetizar es un arte arcano del cual me escapo con soltura. ¿Lo pienso? Dalo por escrito.

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