A.F.C. Ajax – Valencia C.F.

Ámsterdam Arena. 10 de diciembre de 2019.

De entre las sombras, los remilgos, la burla de ciertos sectores, la incapacidad de análisis de muchos pero sobre todo del esfuerzo, el orgullo, el talento y la unión de equipo emerge un Valencia durísimo, correoso y con la mejor pegada al contragolpe de la Europa futbolística actual.

Noche de madurez. De golpe en la mesa. Del anuncio a Europa acerca del retorno de los CAMPEONES. De aprender a ser más hoscos y sinvergüenzas. Con lo puesto y con muchas bajas. Con circunstancias adversas y con un proyecto tambaleándose por unos dirigentes absolutamente incompetentes. Los frutos sembrados los dos años anteriores florecen pese a las tribulaciones en técnico y sistema. El Valencia C.F. es capaz de cualquier cosa.

Fuente: valenciacf.com. Autor: Lázaro de La Peña.

Ni Cillessen, ni Cheryshev, ni Guedes, ni Garay, ni Maxi Gómez ni Kondogbia. Entre otros. ¿Acaso se creen los malos periodistas de este país que el Valencia no corre más que nadie, no ataca más que nadie y no aguanta más que nadie? ¿Acaso en Holanda se pensaban que los 100 años de historia de los CAMPEONES de copa no pesa en cada gramo de piel y en cada gota de sangre? Los blanquinegros vencen, pasan y convencen pese a todo lo demás.

Han sido días duros. Ante la alegría, van a permitirme hablar de emociones en lugar de cambios, disquisiciones técnicas y sistemas. Creo que no les molestará ¿verdad?

Hemos aguantado burlas de aficionados cegados y periodistas, quienes por una mera cuestión de indiferencia (no ven ni un puñetero partido del Valencia C.F. si no juega con su equipo del alma) y de ignorancia (son absolutamente incapaces de entender y ver el fútbol más allá del peinado, botas, tatuaje o última celebración de turno de su ‘crack’) que presagiaban un desastre. Como siempre, nada más lejos de la realidad.

Fuente: valenciacf.com. Autor: Lázaro de La Peña.

Comenzó el encuentro en Ámsterdam y en el ambiente pululaba un aroma a polvo de hadas. Un sui géneris ladino, un chispazo de reminiscente pólvora a la valenciana, de tacto áspero y reconfortante. La mirada de cada jugador era diferente a la que pudimos ver ante el Levante U.D. en su campo.

Los primeros compases fueron como siempre para el rival. Los de Holanda intentaron dominar desde siempre y como siempre estas dos últimas temporadas. Ten Hag (el míster del Ajax) aún mantenía ese gesto vacilón de rueda de prensa: «El 0-3 (del partido de Mestalla) no fue excesivo». Pues te has tenido que dar cuenta de tu error, míster.

Despreciar a un CAMPEÓN nunca fue buena idea, por mucha escuela de Cruyff que llegues a ser. Es la maldición de los modernos: si no tienes algún balón de oro parece que no sabes donde tienes la mano derecha. El fútbol es mucho más que los mediocres os quieren hacer ver.

El Ajax varió sustancialmente la táctica del partido en Mestalla. Renunciaron a las bandas totalmente y a los disparos desde fuera y se pusieron a pretender entrar por el centro haciendo grande su influencia en el campo. Buscando estirarse, tocando rápido hasta el círculo central y trazando paredes hasta entrar al área ché.

Fuente: valenciacf.com. Autor: Lázaro de La Peña.

Los blanquinegros plantearon una variante táctica fantástica para hacer sentir incómodo al equipo local: la línea defensiva adelantada sin avanzar la de los centrocampistas. Esto causó que los locales se estamparan una y otra vez ante Don Francis Coquelin y Don Daniel Parejo. Llegando osbtaculizados no podían salvar de forma cómoda a la defensa valencianista y perdieron todo su juego interior gracias al gran desgaste físico y al carácter que el equipo impregnó en su juego ¡por fín!.

Las claves eran sujetar los tiros exteriores y extenuar el juego por dentro -arma vital y nuclear de los jugadores de toque del Ajax- y aprovechar la superioridad por alto para hacer estéril su obligado juego dubitativo en caso de darse un centro por banda. Matar a la contra. El crimen perfecto.

Los contras de este método, son varios. Uno es que regalas las bandas para poblar por el centro (suerte que no quisieron aprovecharlas hasta que fue tarde y que no tienen la misma calidad por alto que a ras de césped) y la otra es que los delanteros quedan muy descolgados y deben realizar carreras de muchos metros para coberturas y ayudas. Esto sería un lastre enorme para cualquier equipo que no tuviera a los Gameiro, Rodrigo, Ferrán y Parejo surtiendo balones y cortando juego. Sublime.

Las contras de este método serían un lastre para cualquier equipo que no tuviera a los Gameiro, Rodrigo, Ferrán y Parejo surtiendo balones y cortando juego. Sublime.

Fuente: valenciacf.com. Autor: Lázaro de La Peña.

Tras el tiempo de cortesía hasta adaptarse al escenario, los murciélagos de nuestros corazones se desmelenaron y comenzaron a azotar con saña el noble final donde la espalda pierde su nombre de los locales. Pudieron caer 3 en pocos minutos, pero solo cayó 1. El sufrimiento asomaba la futura pata de la mano del misterio, del seno del capricho e incertidumbre de la Diosa Fortuna. Entre cachondo y acojonado abordaba el descanso con mucha ronería y murmuro «ajacied» pero muy pocas nueces.

La reanudación, por extraño que parezca, no tuvo ni siquiera esos 15 minutos de protagonismo que se debería exigir a un visitante de la calidad y prestigio del VCF. Con el arreón del público y la lesión de Gameiro, el encuentro se tornó en un soliloquio tulipán. Un tobogán de nervios y padecer, pero también una demostración de lo férreo y terco que es este equipo CAMPEÓN.

Entre huracanes, embestidas, nervios y agallas se debatió el resto del partido. La intensidad de ciertos jugadores es absoluta. Algunos están a un nivel increíble, como Gabriel Paulista (que fue expulsado por un amago de cabezazo quizá por las pulsaciones y ganas de ganar sin pretender justificar su nefasta reacción, que por cierto le va a costar 3 partidos casi seguro) Coquelin y como siempre, la nueva lección maestra del capitán: conferencia en alta definición de lo que un jugador de fútbol y leyenda debe hacer: sed testigos. Sus botas encarnan fútbol y millones como pocas veces en la vida se ven. Con y sin balón.

Y salió Mangala y salvo 3 balones delicados en las postrimerías. Y Diakhaby sigue demostrando las condiciones que tiene para este deporte, a veces harto adobadas de premura y nervios. Y Wass solvente -lejos de su puesto real en el centro- pegándose cabalgadas dignas de un carrilero. Y Ferrán supo trabajar en defensa, dando asistencia de gol el día que peor atacó del último mes. Estaría bien, por cierto, poder verle siendo más fundamental en partidos antes de que se rompieran, pero es muy jóven. Tiempo al tiempo.

El partido se ahogó y Ziyech, entre otros, atacado de nervios y verde de envidia, insultaba a Parejo en un ruego poético para que le enseñara a ser centrocampista; y danzar, bailar y mimarla de esa única manera. Y saber caer con la gracilidad de la criatura divina que hizo que Di Stéfano se fuera de la ciudad deportiva del Madrid enfadado al saberlo vendido. Comenzaron las faltas, los insultos y la rabia. Trampas sobrantes aparte, por fín supimos sufrir con oficio.

Fuente: valenciacf.com. Autor: Lázaro de La Peña.

Se acabó el interminable segundo tiempo y el Valencia pasa como primero de grupo. Los holandeses se arrodillaron para lamentar y los nuestros festejaron como locos. Rodrigo, condescendiente y dando un toque de atención que pocos entendieron a mi modo de ver habló de milagro. Eso lo creen los que no nos conocen. Los que no aprenden. Los que no ven.

El Valencia y los valencianistas tenemos algo que pocos tienen en nuestra abundancia. Ese color, esa energía, ese «yo que sé» que nos hace únicos. Que rejuvenece y potencia jugadores que no iban o no se encontraban. Que dota de vida al indolente, que hermana, que ennoblece, que desata. Esa corona que nos hace capaces de ser reyes y diferentes con tanto menos. Ese traca que nos hace celebrar debidamente las alegrías y perdernos en los mares de la inseguridad.

Europa pintada con nuestros colores es mucho más hermosa

El equipo CAMPEÓN de copa se planta en unos octavos de final de Champions League por fin tras 8 temporadas y pega un estirón de madurez que va a dotarle de mucha confianza. Cargándose al equipo revelación de Europa -que pintada con nuestros colores es mucho más hermosa- y al que era hasta ayer el semifinalista vigente de la pasada edición. Asó por tanto, de los mejores 4 equipos del continente. AMUNT CAMPEONES.

0 – 1

Alineaciones y goles:

A.F.C. Ajax: Onana, Mazroui, Veltman, Blind, Tagliafico (De Jong, m. 90), Martínez, Van de Beek, Álvarez (Dest, m. 46), Lang (Huntelaar, m. 70), Tadic y Ziyech.

Valencia C.F.: Jaume Doménech, Wass, Diakhaby, Gabriel Paulista, Gayà, Parejo, Coquelin, Ferran (Mangala, m. 92), Carlos Soler, Gameiro (Manu Vallejo, m. 54) y Rodrigo Moreno.

Goles:
0-1: min 23. Rodrigo Moreno.

Crónica del Valencia C.F. – Chelsea F.C.

Estadio de Mestalla, Valencia. 27 de noviembre del 2019.

El Valencia C.F. se enfrentó al Chelsea F.C. cosechando un merecido empate en el penúltimo choque de la fase de grupos de la ‘Champions League’, en disputa del pase a octavos de final.

Un merecido empate. Loco. Muy loco. Un equipo que ataca a chispazos y defiende rematadamente mal. Con calidad, inercia y alma campeona (POR QUE SOMOS CAMPEONES) pero nulos mecanismos y habiendo perdido toda su seña de identidad defensiva. El conjunto blanquinegro sigue jugando a la ruleta rusa y la sensación es ciertamente endeble.

El once inicial fue casi el de domingo, sin las consabidas bajas. Garay forzó. Coquelin dosificó y no saltó al tapiz verde hasta la segunda parte en un partido en el que los ‘Chés’ fueron de nuevo de más, a mucho menos.

El colegiado hizo sonar el silbato y el Valencia, tras soportar unos primeros compases de tímida tiranía de los ingleses y preso de la adrenalina, fue espoleado por la electricidad que solo las grandes noches a la Luna de Valencia son capaces de dar. Comenzó a mandar y amasó cual plastelina mojada -quizá a sabiendas de la fragilidad estructural y defensiva de su rival- al «baby» Chelsea.

Fuente: valenciacf.com

El fantástico arranque de los Piratas del Mediterráneo no se fraguó en los momentos estelares. Fue tras varias sacudidas de los ingleses -quienes tienen un veneno, gracejo y facilidad arriba de la que el Valencia carece si Gameiro no está entonado- cuando Carlos Soler marcó en el minuto 40.

El gol sacudió a un Valencia que respiraba aliviado. Tanto es así, que apenas en la siguiente jugada, tras un mal despeje a plena frontal del área también de Carlos, empataron los ‘blues’. El jarrón de agua fría no enmudeció a un Mestalla más espléndido de lo habitual, tal cual mandan sus dones en las grandes noches.

No es la primera vez que le pasa esto al Valencia en los últimos tiempos y debe ser algo a reseñar, entrenable y subsanado de urgencia. Es sintómatico de las sinergias que enfrentan estos jugadores y su mala gestión táctica y mental tras las páteticas gestiones de los dirigentes del club. Y de entrenador si me permiten. Péguenme.

No se crean que es casualidad. Nunca lo es. Tras un gol, tras un córner o tras un rechace se generan «MOMENTOS». Sincronicidades e inercias para las que se debe tener el alma entrenada y ganadora. Además de estar concentrado, manejar la presión y EN TU SITIO. Cohóne.

Fuente: valenciacf.com

Tras este gracejo andalú (espero que me perdonen por aquellos lares) llegó el momento de retirarse a los vestuarios, no sin sufrir antes otro par de ¡uy! de las botas del centrocampista del Chelsea Mateo Kovačić.

El descanso, que aparentaba ser un bálsamo de jolgorio y alegría hace apenas 5 minutos, llegaba tras un empate rival más que exprés y con muy malas sensaciones. No variaron en la reanudación.

El encuentro siguió vibrante y destartalado. Un desastre técnico (ocasiones falladas, desconcierto y nula canalización) y táctico (transiciones en robos o en pérdidas lamentables, marcajes totalmente ausentes y en resumen, un carajo defensivo del copón) pero alocado y visual. Con idas y venidas y siempre las más claras del lado de los murciélagos. Que las fallaron lastimosamente. ¿Que hiciste ahí Rodrigo, por Dios?

Mestalla observó atónito como el estúpido y sexi karma traía de vuelta a Bathsuayi, cuando Lampard, el entrenador ‘Blue’ le dio entrada. Fue tiempo después cuando la suerte se alió -y se morreó en toda la boca- con el Chelsea y su extremo Christian Pulicic se encontró con un gol de rebote y con falta previa, que fue validado tras varios minutos de desastrosa gestión del ‘VAR’. Es necesaria una unificación de criterios y una explicación pertinente para evitar agravios comparativos con jugadas similares en otros partidos. Diosa Fortuna, ramera despiadada.

Para el ‘VAR’ es necesaria una unificación de criterios y una explicación para evitar agravios comparativos con otros partidos

El partido siguió a base de arreones y carreras espectaculares de esas que encandilan al aficionado medio y desesperan a los entrenadores. Un toma y daca en el que pudo pasar de todo, con fallos clamorosos sobre todo en la parte valencianista. Encima, el capitán y leyenda, Dani Parejo falló un penalti evidente. Bien ejecutado aunque acertado de pleno por el portero internacional español de los ingleses: Kepa Arrizabalaga.

Los mareos tácticos del míster valencianista fueron anecdóticos dada su incidencia en el juego. Celades jugó al despite ante la lamentable lesión de Jaume Costa (y ya van unas cuantas, id calentando que os toca jugar pronto) dando entrada a Gameiro y variando el dibujo momentáneamente hasta las posteriores entradas de Coquelin y Kang-In Lee dejando el dibujo táctico muy similar a lo inicial.

Fuente: valenciacf.com

Cuando peor estaba el Valencia y mejor el visitante inglés llegó una buena jugada local acabada en un centro con rosca defectuoso que para regocijo lujurioso del respetable, se coló como un puñetero golazo en la portería de Kepa, dejando en tablas el partido. ¡Vaya Rosco! Diosa Fortuna, te quiero. Bésame.

No será este humilde periodista el que le quite mérito a Daniel Wass, para meter ese ¡Rosco! tras un error de golpeo, debes tenerlo excelente, potente, trabajado y muy colocado. Asi lo demuestra la fuerza y el efecto que llevaba ese balón y como los que le hemos visto antes sabemos. Por cierto, dejen de sorprenderse de que un gran CENTROCAMPISTA juegue muy bien en el centro del campo. Por favor.

Para poco más dio el partido tras los minutos de tensión residual en el que ambas escuadras fueron conformándose tímidamente con el empate, solo mostrando garras en caso de hueco claro. Así terminó un encuentro alocado pero más llamativo que correcto. Con susto final en forma de paradón de Cillessen a rebote involuntario de Paulista. La vida es muy dura.

Fuente: valenciacf.com

Miren, quizá esperen leer comentarios a la altura del supuesto «partidazo» del Valencia, pero no lo leerán en estas líneas. Quizá sea yo el malo, pero de lo que estoy seguro es de que soy de esos que no pueden catalogar de partidazo un encuentro tan desastroso a niveles de entrenamiento, identidad, táctica y entrenador. Por mucha entrega futbolística que exista (muy visible y generosa pero obligación inherente al sueldo) no puedo caer en el populismo o «meninfotismo» de negar que fue un partido de errores. Y que así te pinta la cara cualquiera.

Tanto si el Valencia como si el Chelsea llegan a tener más acierto, golean al rival. La diferencia está en que se falló todo; imperdonable a estos niveles. Espectacularidad o cantidad de ocasiones no es equivalente a hacer un buen partido. Si el Chelsea F.C. llega a saber defender, el resultado hubiera podido ser sonrojante. En el fondo ambos equipos están hermanados en la desgracia -o escasez- reciente y en la candidez de ciertas áreas del proyecto.

Este nuestro equipo, hace no tanto fiable como un canto rodado, da muy malos síntomas de endeblez, duda, pérdida de identidad, mal posicionamiento y ausencia de solidez del que solo sabe salir a base de chispazos y de las actuaciones fantásticas de sus capitanes. No se puede vivir de la suerte. A este equipo y a este entrenador le falta algo importante y se lanza a jugar a la ruleta rusa con demasiada facilidad plasmando un modelo absolutamente antagonista a la fiabilidad y resilencia que nos han hecho históricos y CAMPEONES (hay que decirlo más).

Mientras tanto, no me pregunten por qué, a Celades se la va poniendo un careto de Unai Emery en prácticas que espanta y tira para atrás. Que la Mare de Deu nos coja confesados. Para pegarme, pasen por ventanilla 8 o 10 (De los grandes Don Ruben ‘Pipo’ Baraja y Don Daniel Parejo).


2 – 2

Alineaciones y goles:

Valencia C.F.: Cillessen, Jaume Costa (sustituido por Gameiro en minuto 67), Paulista, Garay, Gayà, Parejo, Carlos Soler (sustituido por Kang-In Lee en minuto 78), Ferran (sustituido por Coquelin en minuto 73), Wass, Rodrigo y Maxi Gómez.

Chelsea F.C.: Kepa, Azpilicueta, Zouma, Christensen, James, Kanté, Jorginho (sustituido por Emerson en minuto 71), Kovacic, Willian (sustituido por Mount en minuto 79), Abraham (sustituido por Batshuayi en minuto 46) y Pulisic.

Goles:
1-0 40′ de Carlos Soler.
1-1 41′ de M. Kovacic.
1-2 50′ de Pulisic.
2-2 81′ de Daniel Wass.