El ‘show’ de Pedro, Mangalades y Celangalas

Por una nueva y garrafal andadura laboral, en la que por fín he podido saborear las mieles del periodismo y la redacción de la realidad, he estado sin rubricar mi firma sobre el lienzo digital más personal durante 3 meses. Les pido disculpas a los pocos insensatos que me leen cada vez que (les) lanzo algo.

«Saber no sé mucho, pero dirigir tampoco dirijo»

Por desgracia, absolutamente todo lo que había hace esos meses, ha sido volado por los aires -con preaviso en forma de ninguneo- bañado de total analfabetismo futbolístico (y si me apuran, empresarial).

Resulta pues quasi pornográfico aceptar que un señor como Pedro Lim (o Pedro Llimoná, como dice mi santo padre) albergue una de las fortunas más grandes de Singapur y China -y por ende, el planeta entero- viendo la escandola y recalcitrante forma que tiene de domar un Club de Fútbol. Y lo pongo en mayúsculas por que se trata de El Club de Fútbol, para mí y para otros muchos. Permítanme, pues acabo de llegar (sinvergüenzas) que blasfeme un rato con las letras.

«Escucha, tú. Listillo. Un club de fútbol es una empresa muy difícil de gestionar» me espetarán algunos de huevo en foto, o foto en huevo, -que sé yo- de «tuita» y zarandajas varias. Pues claro, testículos. Por eso mismo es tan necesario gestionar bien, y existen tantas intangibles que es tan calamítico, calamidante o horroros de tres pares de narices, FALLAR EN ABSOLUTAMENTE TODO. Resulta tan llamativo y vergonzante a partes desiguales que sólo queda sospechar de las intenciones. Lógica y matemática pura.

Y es que resulta apremiante deleitarse en como se derrumba todo cada vez que el vendedor de humo de ojos rasgados mete la zarpa (o zalpa por si nos leen sus lacayos, no vayan a sentirse fuera de lugar o me acusen de algún tipo de fobia desteñida). Da igual qué profesional acierte y en qué faceta. El señor Pedro Llimoná vuelve de su letargo ataudil draculiano, aún con restos del formol más torpe y revenido que se les ocurra, y de un estornudo lo deshace todo en su infinita sabiduría.

Foto exclusiva de Kiat Lim, presidente que nos llevará a ganar la Champions League
Fuente: eldesmarque.com

Permítanme no extenderme más (por hoy) sobre el señor P(edro)LL(imoná). o P(e)L(e)L(e). «PLL» en adelante para los enemigos. Pues no encontrarán palabra, verso, prosa, ingenio, subterfugio o soliloquio que pueda hacer justicia a semejante desfachatez de empresario de la vida. Tan sólo queda lamentarse de aquella vivísima verdad de «unos tanto y otros tan poco«. Pues todos sabemos que cualquiera, hasta el que les escribe mismo, a caballo y vestido con una única hoja de parra, haría mucho mejor de PLL, que PLL. Seguro, al menos, que no hubiera desmantelado el mejor equipo que hemos tenido en casi todo el siglo, con inercias, mecanismos y esfuerzos superiores a Barcelona y Madrid, además de flamante portador deun amor propio digno de los anales de la Historia del deporte. Seguro.

Mangalades y Celangalas

De los creadores del Madrid de «Zidanes y Pabones» llegó -sin que nadie lo pidiera ni anunciara- el Valencia de Mangalades y Celangalas. Un nuevo ‘hit‘ y parada para todos los enemigos del valencianismo. Que, por cierto, llevan recibiendo cómodas ventajas demasiados años, aunque comenzaban a tener sudores fríos el pasado curso. Ambos elementos (los Mangalades y Celangalas), de culpabilidad igualmente capital aunque desigual en proactividad.

Celadangala en cautividad liberado hace escasos días de su cautiverio

No sientan pena por las ratas. Las ratas se van por agujeros, tal como vinieron. El futuro le niega la espalda a estos seres. El cariño es el premio esquivo al que nunca podrán aspirar. Celangalas (parece una canción de «Las Ketchup») se ha ido -con su carita de bueno, o de «Dewey» el de ‘Malcolm in The Middle‘- a tomar viento por el agujero por el que llegó. Cazando y robando la ganga de un proyecto campeón, haciéndole la cama a un compañero, -viajando en su tren mientras él ni lo sabía-, como la amante perversa de un millonario con cama de agua y forma de corazón (o de cipote chino).

Celangala se fue. Como una baratija puñalera e inoperante, que ha destruído un proyecto y ha enturbiado un vestuario de hermanos. Que lo único justo que debería haber recibido es un cabezazo del «Uru» Maximiliano Gómez (e HIdalgo de mis sueños). Que ha quitado de la titularidad y la regularidad a individuos meritorios por su idea (la gestión con Gameiro ha sido de lo más deleznable y silencioso que he visto jamás) y ha tenido la desfachatez e ignominia de tocar el timón de un navío para el que jamás mereció ni las vistas. Su traidoría, malversación y agravio pasará a los anales de la historia. Mal futuro le veo, y el resto de compañeros de la profesión así espero le consideren. Hay que SABER DECIR NO a lo que uno no alcanza, Celangala.

Foto exclusiva de Celangala tras saber su despido

Así que, por lo que más quieran, no sufran por él. Por quien sentó a Kevin Gameiro (anda que no se nota el francés cuando juega), el que hundió a Garay (y le vendió a su amo Anil Murthy sin apoyarle), el que aceptó que no le trajeran otro central en invierno, el que endiosó a Ferrandito Ferrán Torres (que desde que debutó no ha hecho más que pedir dinero y titularidad con tan sólo dos o tres pelos en los escrotos, repito y con la fortuna de ser el último tropezón en un vestuario de campeones, añado) y que perpretó este atentado deportivo de mil y una maneras más desde las «teneblosas somblas» del verano pasado. Un auténtico Cainita que «regresa al bárbaro abismo del que pro-cede». Y Elrond nunca se equivoca.

Mangalades, por contra, es un sujeto pasivo, bañado en la autocompasión y en la caridad. Un señor más tieso que la pata de una cama (o mi menda abrazándola los sábados al salir del ‘after’) que viene a un club histórico a cobrar su tope salarial sin ser capaz de jugar bien ni a las bolas chinas. Y que nos dejó de lado pudiendo quedarse y ser titular por cobrar más dinero. Y sí, he dicho bolas chinas. Pero no se sonroja; nada le falta ni le parece inmerecido. ¿Para qué va a sonrojarse si no se le notaría? Pues pasando.

No me extenderé más tampoco en el caso Eliaquim, más allá de recordar, que si admiras, quieres y respetas a un club, obra o ser, no lo denigras ni le chupas la sangre. Es uno de los grandes males del mundo actual: las deshonras están a la orden del día. En plan: «no respeto a X-MEN pero dirijo sus películas o actúo como uno de sus protagonistas», «no respeto al Valencia ni a mi profesión pero me voy a cobrar allí casi 3 kilos, siendo un exjugador» (o nuevo miembro del divorciados Fútbol Club más bien). O «no sé de Historia pero hablo de ella y la manipulo…» y así miles al día. En todo. Por todas partes.

Foto de archivo de la presentación de Celades como nuevo entrenador del Valencia

Anotaciones sobre Ferrán y los méritos por la ‘<dabol em>’

Ferrán llegó, perdió y pidió. Debutó como lo que es: un extremo irregular que, de momento, sólo irrumpe y «rompe» partidos ya rotos de por sí. Consentido, pintoresco en la peor de sus acepciones y muy endiosado e influenciado por agentes y seguidores desesperados por adquirir héroes de su agrado. De los creadores del «Fede (Cartabia) quédate», llegó el «Ferrán tendría que estar ya renovado y cobrando el tope salarial». Ahí es nada. Pero recuerden que el señorito Ferrán, casi se va tras jugar 8 miserables ratos porque se plantó en un estudio de radio y dijo que «quería sentirse valorado». Cobrando casi el kilo anual y con 17 años. Recuérdenlo.

Últimamente observo estupefacientemente estupefacto como algunos lumbreras, -genios irredentos de nuestro tiempo-, aseveran sin despeinarse el tupé que Peter Lim no es tan malo porque acertó al traer a Don Mateu Alemany y a Don Marcelino García. No, miren. Quien hunde y destroza cosas y acude a un asesor externo a ser, ejem, pues eso; asesorado, no ha alcanzado ninguna proeza ni tiene ningún mérito. ¿Hace falta explicar más? Además, ni él escogió a Alemany. Fue Tebas, apoderado y voz escogida por sus influencias en el club a través de terceros, (pero eso da para otro capítulo aparte) quien lo recomendó encarecidamente.

Mangalades, mirando al ‘tendío’ como los toreros

Yo, para rematar, he de confesar que he trazado un plan de cáliz singapurense: celoso perdido de los méritos atribuidos al señor PLL, voy a dedicarme ahora a destrozar locales y a empujar a viejecitas hacia charcos de barro. Acto seguido, cuando la policia me «sugiera» acudir a los especialistas de la cárcel -o la institución mental adecuada- espero que todos seáis un clamor en favor -y fervor- de mis enormes méritos y me recibáis con atroz vehemencia y confeti variado. Acepto donativos. Sed consecuentes.

«No os diré no lloréis, pues no todas las lágrimas son amargas»

¡AMUNT! Volveremos, porque aún somos -y seremos- campeones.

Ensaimada mallorquina (a dos manos)

Fabulosa excursión gastronómica a Mallorca por parte de la hambrienta expedición Ché.

El plato favorito de los ‘Celade’s Pupils’

Los ‘Celade’s Pupils’ (si se me permite la aberración) -que se habían quedado con hambre tras el 3-1 en el país de Las Mil y Una Noches- se aventuraron con avaricia a las Islas Baleares en busca de un buen atracón. Demos buena fe de su capacidad de superación.

No entraré (de nuevo) en análisis de vicisitudes técnicas y tropelias tácticas. Eso ya lo tuvo que sufrir cada par de ojos valencianistas que tuvieron los arrestos y el arrojo de aguantar aquel ‘horreur‘. Si buscase una buena sesión sadomasoquista me marcaría un BDSM de esos modernos. ‘Bon Bondage’, dicen en Francia. o algo así ¿no?

Ejem. Ejem. Y en esas que iban los abnegados jugones blanquinegros, presos del hambre más ávara que imaginar pudieran. Cual Gokū paralizado y sin fuerza tras largas horas sin comer. La historia fue tan breve como «gargantaprofundil» (hoy estoy creativo). Fue abrir y recibir. Una tras otra y a dos manazas.

El absurdo gol de Ferrán (punto dignificante solo para un partido de solteros contra casados y con el rival de paseo) fue el manguerazo pastelero de la orgía mallorquina. Extasiados todos ellos de placer al endosarnos 3 goles en los primeros 45 minutos; cosa que no lograban desde 2009 ante… ¡El Valencia Club de Fútbol! ¿Sorprendidos?

Lo más sangrante no es la actitud de jugadores como Gayà (de traca lo de este señor y más estos últimos tres partidos) o los robos a espuertas (otra semana más) de un arbitro que debería llevar la «L» de vergüenza atravesada en el lugar donde la espalda pierde su noble nombre. O que Jaume se haya convertido por démerito propio en el peor portero que este señor ha visto jugar de titular en el batallón de Mestalla (Renan Brito era Oblak a su lado). Lo más asqueroso de todo el resopón es el deshilachamiento lento y seguro que está sufriendo el equipo, «desMarcelinándose» en un maquiavélico -e imbécil- plan para no se sabe muy bien qué a manos de un prestidigitador del servilismo como Celades.

¿Habían visto alguna vez a un portero o equipo de primera recibir dos goles olímpicos en menos de doce meses? Enmarquen el nombre de don Doménech. Ilustre de nuestra historia. ¿Habían visto alguna vez a un portero no saber despejar a más de dos metros de altura? ¿Y despejar todas al centro? ¿Y jamás parar alguna a su primer palo? Recuérdenlo. Existen dos héroes verdaderos: Leónidas en las Termópilas y J. Doménech en las Antípodas (de lo soportable). No puede jugar ni un minuto más.

Perdonen el lapso, vuelvo con Celades. El señor míster se jacta de decir que no quiere «hablar de un Valencia de Celades o de X» pero de soslayo traza formaciones ridículas que convierten al equipo CAMPEÓN de Copa del Rey en una tuna de Vinaroz (malditos 1-4-3-3 y 1-4-2-3-1) . Hace cambios a partir del minuto 80, sienta al delantero titular CAMPEÓN (Don Kevin Gameiro para los incrédulos) o pone al susodicho portero de marras tras el ridículo en la SuperFranken-Copa de su majestad el Kebab. Así pues les conmino a REÍRSE la próxima vez que alguien les diga que Celades no quiere «su» Valencia y recuerden el ataque de entrenador que tantos ridículos constantes nos está costando. Les engaña. No lo permitan.

La meritocracia huye con este entrenador, las manías, el olvido y la endeblez defensiva comandan las huestes que invaden Valencia como orcos en el patio de una guardería. Poco a poco las rentas del fabuloso proyecto anterior se van diluyendo en las fatídicas manos de trepas y cantimploros deportivos varios. Y hay quien niega que vivíamos de ellas.

Tras su humanitaria misión, los murciélagos del Turia han dejado a Mallorca sin reservas de bollería artesanal y existencias de nata pastelera. Han llegado saciados, con restos blanquecinos en mejillas y mentones (más de una pareja se habrá sentido ofendida) y con la semipiterna promesa de ir a por más. ¡Ah! y un rosado guiri que queda fenomenal en pleno enero. ¡Já nos maten!

Para rematar la faena, comenzamos la semana con la posible venta de Rodrigo (nada más y nada menos que al F.C. Barcelona…) el intento de colocar a Gameiro para «recuperar» la inversión… (como si doce millones a cambio de ir a la Liga de Campeones y un títulazo ante el propio Barcelona de Messi once años después no fueran amortización suficiente) y el posible fichaje de Don Judas Hiscar… Francisco Alcácer. Algo así como que tu mujer diga el nombre de su ginecólogo mientras le practicas sexo oral y luego la invites a cenar en Maxim’s. Retorno al inframundo, cortesía de Singapur.

Todos estos temas (la barbaridad táctica de cambiar a Rodrigo por Alcácer, si se produce merece una publicación propia) incluída la ruina deportiva que se avecina ante la nulidad en conocimientos deportivos de la dirección del club serán tratados más adelante. Mientras tanto, yo que soy muy de ídolos, me he propuesto hacerlo mejor que mis jugadores comiéndome tan solo dos ensaimadas y media y parando a tiempo antes del empacho. Espero oferta para la medular blanquinegra en pocos días.

Celades, yo tampoco quiero un Valencia tuyo. Haznos el favor. Gracias.

La primera muesca del revolver: Real Pucela C.F. – Valencia C.F.

Estadio José Zorrilla. 21 de diciembre de 2019.

El Valencia C.F. vuelve a practicar la ruleta rusa más siniestra típica de Unai Emery y se deja 2 puntos vitales en el que era hasta entonces uno de los campos con peor racha de la Primera División española.

Más de 10 remates de los locales, un gol y varias ocasiones. Todo ello venido de un equipo que llevaba 5 partidos sin marcar y remataba escasísimas veces. Poco gol. Poco argumento ofensivo.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Un muy buen partido en defensa les bastó a las de Pucela para solventar un partido que tuvo casi ganado hasta el descuento. Los Chés, diciendo -cada vez con más fiereza- adiós a su brutal faceta defensiva del pasado año y presa bajo enormes caprichos de entrenador (plasmados en el calamitoso 1-4-3-3 testimonial que se empecina en intentar en escurridas fases de los partido por más que lo disimule- van enviando avisos cada vez más cadavéricos a los aficionados del equipo CAMPEÓN de España.

El muro defensivo del Turia, anémico y endeble, vive entregado a los arreones de calidad, golpes de suerte propios y en exceso de los errores endémicos de los rivales. La desorientación hace acto de presencia a la mínima chispa y cualquier golpe -por vaporoso que sea- genera una confusión caótica en las posiciones, transiciones y canalizaciones, que dejan noqueado al equipo. Esta escuadra, capaz de arrollar y atropellar al rival, es capaz de arrugarse y entregarse cuando se siente confuso hasta que el rival se vuele la cabeza con el revolver en sus manos.

El muro defensivo del Turia, anémico y endeble, vive entregado a los arreones de calidad, golpes de suerte propios y en exceso de los errores endémicos del rival

Marcelino, conocedor mejor que nadie del desatado poder de estos jugadores, mimbó a sabiendas su desbocadura y alegría ofensiva hasta casi dejarla en sequía en sus primeros compases de la pasada temporada. Etapas que hay que pasar para llegar a los mecanismos duraderos. Eso sí, con un único fin: generar la faceta defensiva más fresca y potente de Europa. Matiz ladino de míster. No tengan duda.

Este «ajuste» y reeducación futbolística para/con genios tan alegres en ataque y con tanta capacidad pulmonar, generó un equipo que contragolpeaba -con sacrificio- como un vendaval. Al nivel del mejor. Por supuesto esto requiere una preparación física intensa, muy acentuada en el cuerpo técnico del asturiano harto famoso por ello. Huella de genio y profesionalidad en mi humilde pensar, que le vamos a hacer.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Con la llegada de Celades ha llegado el funcionariado a la caseta a pie de campo, a la tribuna. La timidez de soslayo, el come y calla y los tópicos típicos han hecho acampada en ruedas de prensa. Se han instaurado los bienquedismos y las respuestas que no responden a casi nada y la ristra de cumplidos de quién se sabe hijo del amo. Esto no tiene porque ser precisamente malo, pero te hace dependiente de una idea apenas sutil, efímera. Y que dependerá para su consecución en demasiada medida de la suerte y la genialidad; a eso se entrega con recelo Celades mientras inyecta con precisión medida, gabardina oscura y periódico con agujeros a la altura de los ojos su impostada idea futbolística.

El verdadero tema debería tratarse en referencia al «jeque» de Suingapur, al chino de falla, al Johnny Melenas -el terror de las nenas- de los comglomerados asiáticos. Don Peter Lim (o Pedro Llimoná) como le dice mi padre. Debe cercarse en la casi presuntuosa obviedad de si es acertado que a un equipo contragolpeador le traigas a un entrenador de ‘toque’ excéntrico o de la funesta sublimación -coñazo- futbolística que trajo el maremagnum Guardiola. Un horror.

El partido fue tan, pero tan y tan horroroso y aburrido que la única forma de soportarlo fue con una buena ristra de patatas bravas y un par de cervezas de más tamaño del que quisiera reconocer. Los murciélagos salieron a verlas venir. A contemporizar.

Resulta que ante alguien más hambriento que tú, contemporizar -o vulgarmente hablando- economizar esfuerzos, nunca resultó buena idea. En Pucela hay hambre de fútbol, aún con toda la modestia del mundo -y una acuciante falta de recursos que un servidor espera que subsanen rápido, al tratarse de un equipo que quiero siempre en Primera- y con ese hambre arrasó con un Valencia bañado en indolencia; y a contrario de lo que piensa la gente, más visto esta temporada de lo que los resultadistas reconocerán.

Resulta que ante alguien más hambriento que tú economizar esfuerzos nunca resultó buena idea. En Pucela hay hambre de fútbol

Entre pueriles ataques blanquinegros y la timidez de los pucelanos, reencontrándose con su mejor fútbol gracias a los pasillos enrosados cedidos por los visitantes, discurrió casi todo el partido. Y en esas Jaume quiso parar mal una falta para la foto, en lugar de tensar y estirar el brazo; ya mal colocado de entrada tan escorado a la parte sin barrera. Gol local y pocos minutos por delante. Duro varapalo en el fresco vallisoletano.

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Entonces comenzaron a mirarse los nuestros, los grandes, los CAMPEONES. Y Don Daniel Parejo espetó un ¡qué cojones pasa aquí! y Rodrigo Moreno comenzó a morderse los labios con ese gracejo del vendedor de la canción del Cola-Cao, Paulista puso cara Jolly Jumper (el caballo de Lucky Luke) y Manu Vallejo -recién entrado- espoléo con su pechopalomismo y entusiasmo a los grises Ferrán y demás. El ambiente cambió, el aire se condensó con unb frío glacial demasiado frío hasta para los locales y en una de esas, nuestro capitán gestó un parto rápido abriendo a la banda como él sabe para que el nuevo «niño» Torres pusiera un pase raso; botandito en el pasto -como la gustaba a Di Stefano: (¡al pasto! ¡al pasto!)- que Vallejo reventó a la red bajo palos. Camiseta enmarcada para este prometedor jugador y expediente cumplido.

Un valencianista no puede evitar tener rabia al ver que un equipo de estas posibilidades se relaja en demasía y le pedirá a los exclusivos Reyes Magos de Mestalla que nos traigan más impetu, algún fichaje, una cura para las lesiones y una nuevas orejas para Guedes: afiladas, aerodinámicas y que le hagan volver a volar de nuevo como solo él sabe, así escuchará como nunca las vibraciones de sus incursiones por la banda. Con Cheryshev más minutos y el luso por el flanco izquierdo -repito: IZQUIERDO- otro gallo habría cantado en algunas situaciones.

El Valencia C.F. debe seguir trabajando y en la humilde opinión del que suscribe dejar de encomiarse a los ataques de entrenador y una idea que jamás ha hecho campeón a esta escuadra, más bien la ha hundido siempre. Es una cuestión de gladiadores: tan solo con la banagloria mediática, la proteccíon técnica y la hinchazón arbitral se puede ganar sin defender. Con eso y con muchos millones para estrellas adoradas por ese festival de cámaras prosaicas y casi casi anacrónicas ya. Nosotros somos de otra pasta, somos guerreros, somos espadas, somos escudos. Y CAMPEONES ¿lo habían olvidado?

El Valencia C.F. debe seguir trabajando y dejar de encomiarse a los ataques de entrenador y una idea que jamás ha hecho campeón a esta escuadra

Fuente: valenciacf.com. Foto de Lázaro De La Peña

Si es menester rebajar el nivel abasallador del perfil a cambio de que la base y ley inamovible sea la de no recibir golpes, simplemente trabajando mejor el sistema defensivo, las bandas y rebajando la línea de partida del bloque, todos obtendremos pingües beneficios: esta magnífica plantilla más gloria aún, títulos, -no resucitar a rivales que no podían apenas marcar mediante- y ganar a cualquiera sin depender de sus fallos o ruletas rusas con acento siniestro entre el vascuenze, el francés de ‘Le Snack President’ y sus «senas de pigcoteo» y el inglés de CCC.

Nosotros ganaremos más disfrute y ahorrarnos las tortas a mano girada en la cepa de la oreja que la Diosa Fortuna nos arrea, hartísima de que tratemos de conquistarla con coqueteos suicidas y de intercambiar con nosotros jocosos pellizcos allá donde la espalda pierde su honrado nombre. Mejor salud cardiovascular y mejores partidos de fútbol, por supuesto. Celades, cómo no, un fabuloso máster de élite de dos o más años y seguramente -al rebufo de estos CAMPEONES- algún título más. Otros ganarán dinero mientras se atusan el bigote de villano, pero eso es otro tema. El revolver ha avanzado una muesca y seguimos teniendo vida. Esperemos dejar el juego siendo ganadores.

Posdata: ¡Felices fiestas!
Posdata bis (a A.T.): gracias por tus palabras de esta mañana amigo.

1 – 1

Alineaciones y goles:

Real Valladolid: Masip, Antoñito, Kiko Olivas, Salisu, Javi Moyano, Joaquín, San Emeterio, Hervías (Óscar Plano, 70′), Toni Villa (A. Tuhami, 78′), Sandro (Sergi Guardiola, 68′) y Ünal.

Valencia CF: Doménech, Wass, Garay, G. Paulista, Gayà, Parejo, Coquelin, Ferran, Carlos Soler (Esquerdo, 85′), Rubén Sobrino (Cheryshev, 59′) y Rodrigo M. (Manu Vallejo, 67′).

Goles:
1-0, min’ 82: Sergi Guardiola..
2-0, min’ 94: Manu Vallejo.

A propósito del Valencia C.F. – Real Madrid C.F.

Estadio de Mestalla. 15 de diciembre de 2019.

Gloriosa batalla en el templo valencianista, pero les dejamos vivos. Se aunaron factores concretos no casuales que deben ser arreglados. La excesiva bondad dejó aliento a un Madrid ramplón pero con sus zarpazos de orgullo de siempre. Fruto semipiterno de la letal mezcla de ayudas arbitrales disimuladas constantes, calidad individual y miedo escénico del rival, en este caso blanquinegro. Empate trepidante pero absolutamente insuficiente para los enormes méritos locales.

Fuente: Valenciacf.com Foto de Lázaro de la Peña.

Como no he podido hacer la crónica pospartido por motivos personales, voy a dejar constancia aquí de unas impresiones propias. La ocasión lo merece.

Dejamos vivo al rival. Siempre. El Madrid presionó con posesiones largas pero estériles la primera media hora (tirando por lo alto). Los valencianistas comenzaron a espolsarse el dominio con tímidos acercamientos de Rodrigo y exquisitos balones del capitán Don Daniel Parejo, que generaban en dos toques un 2 para 2 o 3 con la suma facilidad habitual.

Celades tiene que rendirse. Tiene que entender de una vez que este equipo, creado por y para Marcelino (sábiamente) debe quedarse instaurado en el 1-4-4-2 y variantes que no desdibujen el esquema. Atrás debe quedar el caprichoso 1-4-3-3 de la posmodernidad. Desde este sistema, podrá trabajar. Para otro post entero dejo el tema de sus ruletas rusas y nefasta capacidad de planificación defensiva. Aspectos que demuestran que aún está muy verde. Jugamos a veces a ganar a los golpes y eso no funciona siempre ni contra equipos que estén al cien por cien.

Nos adelantamos como solo nosotros sabemos hacer y comenzó el aluvión. Murciélagos nacidos de la simiente del mejor entrenador que hemos tenido en muchísimos años y un gran profesional. Gladiadores con unos automatismos y agallas dignas de ser CAMPEONES de España y de Europa. Pero no rematamos y hemos perdido uno de nuestros baluartes: la plenitud defensiva. Ya no somos rocas inamovibles. Como en aquella final de copa en la que el Barcelona no hubiera marcado ni aunque el duelo hubiera durado toda la noche. Y lo sabemos.

CAMPEONES

Fuente: Valenciacf.com Foto de Lázaro de la Peña.

Enderezar el rumbo directivo, fichar un lateral derecho que sepa defender (y nos permita disfrutar del mejor Wass posible en su posición real) y reavivar un Mestalla que es un absoluto desierto con respecto a su grade de animación nueva. En este partido comenzó a cantar la parte contraria de la grada y fue aplaudida por el resto del campo. La grada de animación debe funcionar los 90 minutos desde ya o pagar lo mismo que todos pagamos. Estamos ante un caso gravísimo de gestión deportiva y de agravio comparativo entre clientes y accionistas de un servicio.

Volviendo al encuentro, muchísimas son las cualidades que demostró el equipo, y la madurez con la que demuestra sobreponerse a todo debe hacernos soñar (que no tenemos techo, cojones). Este equipo se recupera de todo. Tienen adn campeón, y esto ni abunda ni se puede comprar. Lo añoraremos si no lo aprovechamos.

Muchos más aciertos que errores, más jugadores metidos que fuera, pero el desacierto, cierta candidez y el árbitro, fueron los detonantes del futuro empate. Y no es ningún lloriqueo. Miren, resulta increíblemente molesto y difícil desarrollar un plan o juego cuando absiolutamente todas y cada una de las decisiones se pitan en contra, deliberada y flagrantemente, pase lo que pase. Carvajal, por poner el más claro ejemplo, realizó como 5 entradas merecedoras de tarjeta amarilla como mínimo. Pues no vio ninguna, varias de él y otros ni se pitaron, volcando el juego y la sinergia poco a poco hacia el lado visitante durante los primeros 25 minutos de juego.

Los verdaderos y auténticos robos se dan de soslayo. Ladinos, tahimados. Falta dudosa… para el Madrid. Amarilla clara, olvídenlo.
¿Faltas continuas? pues pita cuando no queda más remedio para evitar un abucheo de grada brutal y general…

Los verdaderos robos no son los de penalti o sobre fueras de juego. Son auténticos atracos dignos de Curro Jiménez aquellos que generan incomodidad, que vuelcan partidos. Todo lo «pequeño» en contra acaba siendo un mar inmenso y embravecido.

Fíjense en esta situación: medio Valencia desquiciado. Unas 5 o 6 faltas claras seguidas de los visitantes y ninguna pitada. Tobillos hinchados. Ya miras desde la nuca cuando te va a venir la siguiente patada. Llega un contragolpe fruto de un robo venido de ese escozor que te recorre la tibia que el «leñador» te acaba de dejar para enmarcar. Por allí pasaba Carlos Soler que hace una necesaria y primerísima falta no excesivamente problemática y… primera amarilla del partido. Intragable. Equipo desquiciado y el jugador de más trabajo del partido ya amonestado. Eso es un robo sibilino, nocturno y alevoso. Condicionar. Despertemos.

Que nadie les diga que no les han robado porque no les han quitado el dinero, la casa o el coche. Robarles los zapatos, la cartera, las gafas de sol o las enaguas es un delito igual o peor en conjunto. En disimulo y connivencia con el resorte mediático te quedas sin nada, con cara de bobo y encima exigido de dar las gracias.

Que nadie les diga que no les han robado porque no les han quitado el dinero, la casa o el coche. Robarles los zapatos, la cartera o las enaguas es un delito igual o peor en su conjunto

Soler estuvo desacertado pero voluntarioso y constante. Llegó el centrocampista todoterreno de Dinamarca. El expreso rubio. El titán multiposicional y centrador profesional a tiempo completo: Daniel Wass. La puso con ojo experto rasa atrás para la llegada de «El Dandi», que recibió un justo premio a su voluntad. Minuto 78.

Fuente: Valenciacf.com Foto de Lázaro de la Peña.

Entonces un Madrid cada minuto más ramplón comenzó a lanzar balones a la olla y a correr desbocadamente la banda. Y se sentía un «huy huy huy» en la piel de algún jugador. La Diosa Fortuna nos pasó factura tras tocarle dulcemente el culo y así, los defectos largamente disimulados del equipo afloraron en 5 segundos. Balón a la olla, última jugada. Un jugador extra a quien cubrir. Portero belga llamado Thibaut Courtois y más alto que un pinus pinensis. Situación no entrenada, nerviosismo, identidad defensiva perdida, malas transiciones posicionales y… Jaume Doménech.

Los defectos largamente disimulados del equipo afloraron en 5 segundos

Tras el mal despeje del meta (muy) suplente tras rechace del ¡portero visitrante! y la caraja defensiva, la nula capacidad de muchos jugadores para corregir en transición las posiciones para segunda jugada o rechace blando del arquero… Benzema marcó a placer bajo palos al segundo poste. Excesivo premio, ligeramente merecido para tan poco equipo y excesivo castigo -también ligeramente merecido- para estos gladiadores maravillosos y sus comandantes.

Debe ser prioridad de directiva y equipo técnico la pronta recuperación de la banda izquierda, absolutamente perdida sin Cheryshev ni Guedes. Así como su pronta recuperación y explicación pública pertinente. Se debe recuperar la faceta defensiva en base a las cualidades inherentes de estos jugadores: una enorme capacidad de aguante y derroche físico, solidaridad defensiva, automatismos como bloque y sacrificio y un excelso contragolpeo.

Fuente: Valenciacf.com Foto de Lázaro de la Peña.

Jugar a los puntos de boxeo sin protector te resta recorrido y abre vías a los equipos de cientos de millones en fichajes. No debemos jugar a la ruleta rusa de Unai Emery. Me abono al «unocerismo» ilustrado. «Dosaunismo» según el caso o «tresaunismo» en días espléndidos. Pero que no te empaten, ni puede empatarte nadie en el minuto 94 por no saber trabajar aspectos que hace 4 meses dominabas como ninguno.

No puede empatarte nadie en el minuto 94 por no saber trabajar aspectos que hace 4 meses dominabas como ninguno

La clave no está en aplastar a los rivales. Eso es para los magnates. La clave está en sufrirlos, desquiciarlos al vals de Don Parejo (que le pregunten a los Ziyech y cia, por cierto jugadores mediatizados, valorados en cientos y asiduos a los cromitos edición especial de los videojuegos que jamás serán ni la sombra de la obra de arte que es nuestr capitán y CAMPEÓN) y matarlos cuando más les duele (filo navajero de los Gameiro y Rodrigo mediante). Seamos el Valencia de siempre, ganemos de nuevo.


PD: ¡CAMPEONES!

Díganlo más.

Crónica del Levante U.D. – Valencia C.F.

Estadio Ciudad de Valencia. 7 de diciembre de 2019.

Cambió la historia en el feudo «granota» tras varias temporadas entre el gris pálido y el azulgrana eléctrico . Esta vez, la historia fue escrita en negro brillante sobre blanco nuclear.

Salían andando por el césped los pupilos de Celades. Respiraban certeros. Concentrados. Quizá pensando más en los rojiblancos guerreros que les esperan en Holanda y que ya invadieron hace tiempo hasta la cumbre del Miguelete ganando en la ida de Champions por 0-3 a los Chés en Mestalla.

Aquel partido fue una de las mayores vergüenzas defensivas del año y en esta faceta no tienen pinta de mejora rápida los valencianistas. Así pues, se presenciaba una prueba ardua en el campo del vecino -que no muy amigo- con el hemisferio derecho en futuros menesteres y venidos de tambaleos a cada partido. Por suerte el equipo CAMPEÓN de copa es como un púgil de boxeo desbocado y no se ha olvidado de resistir y pegar fuerte. Quizá envejecido prematuramente por una rotura de rodilla (singapurense) o desviación en la vértebra (haciendo un fantasioso símil con Anil Murthy, probablemente el vergonzoso presidente sería la vértebra del coccix, vulgo «hueso del pompis»).

Por suerte el equipo CAMPEÓN de copa es como un púgil de boxeo desbocado y no se ha olvidado de resistir y pegar fuerte

Fuente: valenciacf.com

Así salió el de siempre, como siempre. Se paseó por la tarima y enfrento a un rival, con más orden, ganas y juego de piernas. Y esto le valío a los levantinistas para dejar en la lona y con pocos dientes al ausente visitante. En 15 minutos, ganaba 2-0, con fortuna y fallos garrafales del meta Ché, Cillessen, que no se lleva nada bien con su primer palo (y eso que siempre las roza). Parejo cometió una falta por error de cálculo que el vergonzante VAR reinventó en penalti. ¿Quién da la cara por nosotros? Esto no puede seguir así.

Total que doblete de Roger. Para mayor inquina, el meta valencianista se lesionó y tuvo que dar paso a Jaume Doménech en el minuto 25. Todo auguraba desastres. Y entonces les entró la vergüenza ajena a estos guerreros CAMPEONES. Y Rodrigo comenzó a calentarse. Y Parejo comenzó a bailar, con la mirada condescendiente que tienen los dioses cuando danzan entre los meros mortales. Paulista comenzó a pegar cuatro gritos, Jaume Costa se apretó los cordones y Gameiro y Coquelin -los más enchufados desde el minuto 1- comenzaron a sonreír por chicuelinas. Olieron sangre.

Fuente: valenciacf.com

Los minutos siguientes y restantes de primera mitad no merecen más descripción que la que acontece: paseos de pelota por el área levantinista, sustos en el respetable y fallos clamorosos seguidos. Entonces, la imponente mujer que es la Diosa Fortuna, lanzó un guiño travieso a los blanquinegros y cuando el público insultaba al Capitán, sirvió un saque de esquina durísimo que sirvió para el 2-1, autogol doliente del ínclito Roger Martí, erigido sin quererlo como el triple anotador del encuentro. Fútbol.

Pitó el colegiado y las sonrisas afloraron en las filas de los murciélagos. La sangre brotaba por la diminuta herida y todo dependería de la táctica de los levantinistas para manejar los tiempos del glorioso deporte del balompié. Se equivocaron.

todo dependería de la táctica de los levantinistas para manejar los tiempos del glorioso deporte del balompié. Se equivocaron

Fuente: valenciacf.com

El Levante, quizá llevado por delirios de grandeza, quizá por orgullo, quizá por saberse inmerecedor de la victoria a los puntos, salió abiero, dispuesto y con la necesidad de marcar más y aplastar a todo valencianista viviente. Pero olvidaron que en calidad y en golpeo, es difícil ser mejor que esta escuadra de CAMPEONES.

Apenas comenzó la segunda mitad, se pudo atisbar un chispazo de cordura en Unai Emery Celades y puso al campeón en el sitio que tan cariñosamente trabajó Marcelino García: el 1-4-4-2. Y el CAMPEÓN, reencontrándose, es un rival de nivel absoluto. Imagínense si el rival se abre y es peor en calidad y físico. Un festín.

Corría el minuto 60 y los murciélagos del Turia ya habían remontado el partido -perdonando clarísimas ocasiones además- con goles del ‘crack’ francés. Gameiro dio un recital del delantero titular del equipo copero de España. Albergo muchas ganas de ver a Gameiro y Maxi juntos en un 1-4-4-2 bien trazado desde inicio.

Fuente: valenciacf.com

La respuesta del Levante fue tímida y estrictamente funcional. Para colmo uno de sus centrales, Eliseo, fue expulsado por doble amarilla hacia el minito 75. Nada más que ver aquí. Circulen.

Lo que quedó fue un monólogo en incuestiobale blanco y negro, con escuetas «comas» azulgranas hasta que en una de esas claras, llegó otro gol de Ferrán Torres. Dulce comienza a pintar el extremo valenciano.

Fuente: valenciacf.com

Terminó el partido y así se escribió la historia. Un Valencia que sigue defendiendo mal, gestionando peor y funcionando por capricho, en un sistema que no le pertenece. Por capricho del entrenador en prácticas, quien por lo menos, se muestra prudente de puertas para fuera. Pero el equipo CAMPEÓN no está para caprichos ni prácticas. Ni ruletas rusas.

Cuando solo funcionas en un sentido y no tienes una identidad clara, dependes de la calidad y el acierto exclusivamente. El oficio, el sacrificio y la raza deben volver a Mestalla. Junto al engranaje del campeón.

2 – 4

Alineaciones y goles:

Levante UD: Aitor Fernández, Miramón, Coke (Gonzalo, min. 77), Radoja, Eliseo, Clerc, Rochina (Borja Mayoral, min. 70), Bardhi, Campaña, A. J. Morales (Vukcevic, min. 70) y Roger M.

Valencia CF: Cillessen (Jaume Doménech, min. 26), Wass, Garay, G. Paulista, Jaume Costa, Parejo, Coquelin (Diakhaby, min. 83), Ferran, Carlos Soler, Rodrigo M. y Gameiro (Maxi Gómez, min. 78).

Goles:
1-0, min’ 10: Roger.
2-0, min’ 20: Roger, de penalti.
2-1, min’ 47: Roger, en propia puerta.
2-2, min’ 58: Gameiro.
2-3, min’ 59: Gameiro.
2-4 min’ 88: Ferran Torres.

Crónica del Valencia C.F. – Villarreal C.F.

Estadio de Mestalla, Valencia. 30 de noviembre de 2019.

Otro día en la oficina. El Valencia saca una esforzada victoria ante un Villarreal previsible y ramplón que no supo aprovechar las enormes dudas que atraviesa el equipo en ciertos momentos. Otro día en Mestalla ‘Street’.

Tras alzarse las persianas, destapar los bolígrafos y arremangarse las pajaritas, los pupilos de Celades comenzaron con cierta fuerza y dominando. Había ganas. No se tradujo en nada.

Fuente: http://www.valenciacf.com

En respuesta, los de Castellón mostraron la que iba a ser su mejor baza a la postre (junto a Anguissa). Cuando encaraban -ante la dubitativa actuación de los destinados a retener balón Parejo y Rodrigo y la horrorosa noche de Mangala- causaban siempre un «ay, ay, ay…» que al final fue lo único que tuve el submarino amarillo.

Tanto fue así que en el minuto 12, Eliaquim se alzó para seguir elevando su dudosa leyenda y causó un penalti de gigante con pies de barro. Y lento, muy lento. Tan lento que se oyó hasta en tribuna el patadón que le espetó al jugador visitante en un intento de despejar el balón. Un «soberano puntapié» que diría Andujar Oliver.

Pero el Villarreal no está bien. Ni siquiera Moreno, su delantero. Que ayudó sobremanera a Cillessen lanzando un horroroso penalti que el holandés detuvo con oficio, rompiendo su récord personal.

Pero el Villarreal no está bien. Ni siquiera Moreno, su delantero. Que ayudó a Cillessen lanzando un horroroso penalti que el holandés detuvo rompiendo su récord personal

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Tras muchos minutos de dudas y dominio amarillo, Mestalla comenzó a ver bajar el ánimo, los activos y hasta el Ibex 35. Y no fue hasta el borde del descanso cuando los Chés, de la mano de un notable Ferrán Torres, que comienza a parecerse a un puñal de primera división cada semana, el que cogió el teléfono y llamó a los inversores para que no perdieran la fe. Casi 50.000 llamadas, pase a pase, jugada a jugada.

Fue entonces cuando el VAR volvió a quebrar. Entró en bancarrota pitando fuera de juego a un gol dudosamente ilegalizado de Rodrigo Moreno. La nula repercusión de la imagen en los medios confirma que los valencianistas tenemos motivos para mosquearnos, mientras la directiva del equipo CAMPEÓN de copa ni se asoma por La Bolsa blanquinegra. Más que nada para pedir explicaciones, respeto y dudas antes de anular todo a favor y pitar todo en contra. Deben dimitir.

Asenjo se vio obligado a lucirse por las acometidas -de nuevo- un Ferrán Torres erigido en latigo. Sacándole los colores a más de uno. El toma y daca aparecido en la oficina a orillas del Turia se confirmó y tras otro partido abierto y anárquico en lo táctico, sonó el silbato para emprender el camino de los vestuarios. Se mascaba otra ruleta rusa con tintes de tragedia en las inversiones futbolísticas de los murciélagos y desde Castellón se cotizaba al alza; excepto que una individualidad rompiera tendencia.

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Lamentablemente destacable fue y siguió siendo la actuación de los jueces de línea, por momentos las decisiones brillaban por su ausencia y un servidor llegó a ver claramente como no sabía que señalar en más de una ocasión, dejando que se lo chivaran por pinganillo y hasta la propia grada en ocasiones. El nivel no es de primera. Qué novedad ¿cierto?

El Valencia nunca se rinde, el campeón tiene cualidades. Pero la rutina gris de unos jefes ciertamente torpes han conseguido que solo veamos chispazos, generalmente tempranos, del equipo CAMPEÓN que tenemos. Y así volvió a suceder en la reanudación. Con tantas hechuras salieron que en 4 minutos marcó el primer gol Rodrigo Moreno, el Moreno bueno.

Tras una brutal jugada de Maxi Gómez (que canchero y duro es el uruguayo y como me gusta) que aguantando y girando, mete un balón en profundidad con rosca de muchos kilates. Rodrigo lo intuye y al superar a los centrales y tratar de controlar falla, dejándose sin querer un autopase fantástico tras tragada seria de Asenjo. Marcó a placer en la inercia de la carrera. Las acciones remontan y parece que se cerrerá Mestalla en positivo. Rodrigo estuvo mal, pero cuando acierta, acierta mucho.

Pero 3 malditos minutos volvío a durar la deseada alegría. Anguissa marcó tras varios errores del capitán Don Daniel Parejo y un nefasto seguimiento de la defensa. Chut raso cruzado y Cillessen no logra pararla aunque la toca. Pudieron hacer más varios hombres.

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Ante la ausencia de los pilares de este equipo, quienes tuvieron una regular noche -fruto seguramente del mal momento y la cercanía del desgaste contra el Chelsea F.C.- fue absolutamente placentero observar como los segundos espadas daban pasos hacia delante. Maxi fue un coloso y Ferrán un azote ciclónico a ráfagas.

El partido prosiguió con más toma y daca del habitual este temporada en las ruletas rusas valencianistas. Pronto podremos nombrar a Celades como Caballero de la Corte de Honor de Unai Emery; pupilo experto y separados al nacer. Que Dios nos coja confesados de nuevo.

Las ocasiones crecieron así como el Villarreal espoleado por el regalo local. Pero entonces apareció la calidad del Valencia para trenzar una buena jugada desde las botas del capitán hacia la banda, el centro rebotado fue a parar a las botas de Ferrán, en segunda línea. Acomodó el cuerpo como aquellos que llevan el remate entre ceja y ceja y marcó fenomenalmente. Mestalla embraveció aliviada. Mención especial al debut de Vicente Esquerdo, del filial a la temprana edad de 20 años. No tuvo demasiado incidencia pero viene en ascendencia.

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Pocos segundos después aparecería el miedo atroz que planea sobre el equipo toda la temporada. La nula capacidad de gestionar las ventajas. Los cambios del Valencia mantuvieron la frescura -sin alardes- y los del Villarreal lo ensombrecieron e incapacitaron ofensivamente. Lanzándose hacia el centro y la banda sin trenzar y con más corazón que calidad.

Entre cierto murmuro y miedo, y con varios jugadores tocados como Rodrigo, Parejo o Coquelin, acabó el partido. Con victoria local afortunadamente. Los problemas físico están llegando al grado de epidemia en Mestalla. Seguid calentando que os toca salir, y no os libráis.

Cayó la noche y con ella el cierre. Los teléfonos echaban humo. Ferrán fue el que más vendió. El valor se mantuvo y algunos activos subieron. Las ganancias no dan -aún- para cubrir las pérdidas por duda y molestias físicas en la sociedad anónima deportiva blanquinegra. Otro día más en la oficina, dependiente en capital de las ruletas rusas y de los grandes hombres; cancheros y puñales maravillosos encarnados en Maxi y Ferrán. El futuro tuvo que sonreir en el presente y salvar el día. Otro día más en Mestalla ‘Street’.


2 – 1

Alineaciones y goles:

Valencia CF: Cillessen, Wass, Paulista, Mangala, Gayà, Coquelin (Esquerdo, 82’), Parejo, Carlos Soler, Ferran Torres, Rodrigo (Sobrino, 85’) y Maxi Gómez (Kevin Gameiro, 68’).

Villarreal CF: Sergio Asenjo, Mario Gaspar, Raúl Albiol, Pau Torres, Quintillà, Trigueros, Morlanes (Ontiveros, 72’), Moi Gómez (Bacca, 78’), Anguissa, Toko Ekambi (Chukwueze, 62’) y Gerard Moreno.

Goles:
1-0 49′ de Rodrigo Moreno
1-1 53′ de Anguissa.
2-1 81′ de Ferrán Torres.