Ensaimada mallorquina (a dos manos)

Fabulosa excursión gastronómica a Mallorca por parte de la hambrienta expedición Ché.

El plato favorito de los ‘Celade’s Pupils’

Los ‘Celade’s Pupils’ (si se me permite la aberración) -que se habían quedado con hambre tras el 3-1 en el país de Las Mil y Una Noches- se aventuraron con avaricia a las Islas Baleares en busca de un buen atracón. Demos buena fe de su capacidad de superación.

No entraré (de nuevo) en análisis de vicisitudes técnicas y tropelias tácticas. Eso ya lo tuvo que sufrir cada par de ojos valencianistas que tuvieron los arrestos y el arrojo de aguantar aquel ‘horreur‘. Si buscase una buena sesión sadomasoquista me marcaría un BDSM de esos modernos. ‘Bon Bondage’, dicen en Francia. o algo así ¿no?

Ejem. Ejem. Y en esas que iban los abnegados jugones blanquinegros, presos del hambre más ávara que imaginar pudieran. Cual Gokū paralizado y sin fuerza tras largas horas sin comer. La historia fue tan breve como «gargantaprofundil» (hoy estoy creativo). Fue abrir y recibir. Una tras otra y a dos manazas.

El absurdo gol de Ferrán (punto dignificante solo para un partido de solteros contra casados y con el rival de paseo) fue el manguerazo pastelero de la orgía mallorquina. Extasiados todos ellos de placer al endosarnos 3 goles en los primeros 45 minutos; cosa que no lograban desde 2009 ante… ¡El Valencia Club de Fútbol! ¿Sorprendidos?

Lo más sangrante no es la actitud de jugadores como Gayà (de traca lo de este señor y más estos últimos tres partidos) o los robos a espuertas (otra semana más) de un arbitro que debería llevar la «L» de vergüenza atravesada en el lugar donde la espalda pierde su noble nombre. O que Jaume se haya convertido por démerito propio en el peor portero que este señor ha visto jugar de titular en el batallón de Mestalla (Renan Brito era Oblak a su lado). Lo más asqueroso de todo el resopón es el deshilachamiento lento y seguro que está sufriendo el equipo, «desMarcelinándose» en un maquiavélico -e imbécil- plan para no se sabe muy bien qué a manos de un prestidigitador del servilismo como Celades.

¿Habían visto alguna vez a un portero o equipo de primera recibir dos goles olímpicos en menos de doce meses? Enmarquen el nombre de don Doménech. Ilustre de nuestra historia. ¿Habían visto alguna vez a un portero no saber despejar a más de dos metros de altura? ¿Y despejar todas al centro? ¿Y jamás parar alguna a su primer palo? Recuérdenlo. Existen dos héroes verdaderos: Leónidas en las Termópilas y J. Doménech en las Antípodas (de lo soportable). No puede jugar ni un minuto más.

Perdonen el lapso, vuelvo con Celades. El señor míster se jacta de decir que no quiere «hablar de un Valencia de Celades o de X» pero de soslayo traza formaciones ridículas que convierten al equipo CAMPEÓN de Copa del Rey en una tuna de Vinaroz (malditos 1-4-3-3 y 1-4-2-3-1) . Hace cambios a partir del minuto 80, sienta al delantero titular CAMPEÓN (Don Kevin Gameiro para los incrédulos) o pone al susodicho portero de marras tras el ridículo en la SuperFranken-Copa de su majestad el Kebab. Así pues les conmino a REÍRSE la próxima vez que alguien les diga que Celades no quiere «su» Valencia y recuerden el ataque de entrenador que tantos ridículos constantes nos está costando. Les engaña. No lo permitan.

La meritocracia huye con este entrenador, las manías, el olvido y la endeblez defensiva comandan las huestes que invaden Valencia como orcos en el patio de una guardería. Poco a poco las rentas del fabuloso proyecto anterior se van diluyendo en las fatídicas manos de trepas y cantimploros deportivos varios. Y hay quien niega que vivíamos de ellas.

Tras su humanitaria misión, los murciélagos del Turia han dejado a Mallorca sin reservas de bollería artesanal y existencias de nata pastelera. Han llegado saciados, con restos blanquecinos en mejillas y mentones (más de una pareja se habrá sentido ofendida) y con la semipiterna promesa de ir a por más. ¡Ah! y un rosado guiri que queda fenomenal en pleno enero. ¡Já nos maten!

Para rematar la faena, comenzamos la semana con la posible venta de Rodrigo (nada más y nada menos que al F.C. Barcelona…) el intento de colocar a Gameiro para «recuperar» la inversión… (como si doce millones a cambio de ir a la Liga de Campeones y un títulazo ante el propio Barcelona de Messi once años después no fueran amortización suficiente) y el posible fichaje de Don Judas Hiscar… Francisco Alcácer. Algo así como que tu mujer diga el nombre de su ginecólogo mientras le practicas sexo oral y luego la invites a cenar en Maxim’s. Retorno al inframundo, cortesía de Singapur.

Todos estos temas (la barbaridad táctica de cambiar a Rodrigo por Alcácer, si se produce merece una publicación propia) incluída la ruina deportiva que se avecina ante la nulidad en conocimientos deportivos de la dirección del club serán tratados más adelante. Mientras tanto, yo que soy muy de ídolos, me he propuesto hacerlo mejor que mis jugadores comiéndome tan solo dos ensaimadas y media y parando a tiempo antes del empacho. Espero oferta para la medular blanquinegra en pocos días.

Celades, yo tampoco quiero un Valencia tuyo. Haznos el favor. Gracias.